26 jul 2010

Los Jardines de Helena



Enamorando tristezas con un beso
bajo la fría caricia del olvido,
donde la lluvia ya no cae si no reza;
la noche es compañía de este vino.

Bailando los compases del ayer sin lirios
hechos desnudez profunda, sin sentido
van los pasos al abismo vagabundo,
esperando la llegada de un último segundo.

Desdibujando la vida en mil y un puntos
lloran los jardines del sueño invernal,
ocultando las espinas en medio de la copa...
Perenne en el auxilio del cristal.

Helena ya no existe en tristes versos
mientras canta al absoluto vacío,
entregando suspiros de mar y Luna
a primaveras en otoño consumido.

Deshojando la piel en libertad,
creando grietas y camino,
rompiendo del violín su arco
en ríos de tiempo no vivido.

Marchitando soles en noche solitaria,
vuela un arpa sin notas de sonrisa,
sembrando nostalgias; blanca melancolía.

Espacios de silencio, huertos ya perdidos,
los jardines de Helena...
Dulces gritos de un adiós.



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